Si acaso existiera eso que el pueblo llama “Malbec de sed”, este sería claramente uno de ellos. Un Malbec incorrecto, que se expresa sin filtros. Cosechado y despalillado a mano, sin corregir, ni clarificar, ni filtrar. Puro y sin madera. Naturalmente filoso y texturado. Uva fresca en su máxima potencia, fruto libre de una finca salvaje.